Siempre estuvo resignado, esperando como otros entraban y salían, pero no era su caso.
Tenia 25 años en ese lugar, 21 mas afuera, que completaban la inigualable suma de una vida perdida.
¿Que hizo?, esa realmente era la pregunta que se queria responder a si mismo, pero no podia por su falta de objetividad frente a las cosas.
De repente, un joven con animo entro a ese mismo lugar, un jo0ven sin ilusiones, un joven que queria llegar mas lejos, Él queria trascender y hacer algo de su vida fuera de ese patio de paredes altas y rejas incomodas.
Sin importar en la situación en la que estuviera, siempre estaba feliz; las frias madrugadas eran la oportunidad perfecta para ejercitar sus musculos, las pobres comidas eran un simbolo de que el hombre puede vivir sin necesidad de lujos gastronomicos, las noches sin luna las aprovechaba para ensayar teatro, aquella pasión dormida que quedaria así para siempre.
Un dia, el viejo le pregunto a ese joven cual era el motivo de tanta felicidad, pues cualquiera que fuera la situación siempre veia el lado bueno.
-¿Acaso no sabes que esta es una puta carcel de la que no saldras nunca?, la felicidad no te va a llevar a ningun lado- Alegaba el viejo.
-Acompañeme- dijo el joven dirigiendose hacia su celda tranquila, aunque pequeña.
Esa celda no era como las demás, era acogedora, calida (lo básico para una celda), una pequeña letrina, y una ventana de 50x50, con barrotes verticales que condicionaban la entrada de la luz.
-Si ves la gente que esta afuera- exclamó el joven.
-Claro, son personas que disfrutan como pajaros de su libertad- Replico el viejo.
-Estas en un error, Yo estoy libre. Ellos solo pueden ver mi mundo a traves de esa ventanita, que solo les ofrece barrotes, yo por ese mismo lugar puedo ver el mundo entero girar. Ellos son los que verdaderamente estan prisioneros en su mundo. Ahora te pregunto, ¿De que lado de los barrotes estas tu?-
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Hace 3 años
